Comportamiento Social ¿Causa o consecuencia? De la Política de Estado.

Los fundamentos socioantropológicos del derecho penal tienen sus raíces en la creencia de que el delito es una construcción social formada por factores culturales, económicos y políticos. El derecho penal es un reflejo de los valores y normas de la sociedad en la que opera. Exploraremos los fundamentos socioantropológicos fundamentales del derecho penal y sus implicaciones para el sistema de justicia penal.

Uno de los fundamentos claves del derecho penal es el concepto de control social. El control social se refiere a los mecanismos que utiliza una sociedad para regular el comportamiento y mantener el orden. El derecho penal es uno de los mecanismos más importantes de control social, ya que proporciona un marco para castigar comportamientos que se consideran desviados o dañinos para la sociedad. El sistema de justicia penal es responsable de hacer cumplir la ley penal y sancionar a quienes la violen.

Otro fundamento importante del derecho penal es el concepto de pena. El castigo es una forma de control social que está diseñada para disuadir a las personas de participar en un comportamiento que se considera desviado o dañino. El castigo puede tomar muchas formas, incluyendo encarcelamiento, multas, servicio comunitario e incluso la pena de muerte según el país donde se cometa. Sin embargo, el castigo no siempre es efectivo para disuadir el crimen y algunos argumentan que incluso puede perpetuar el comportamiento criminal.

Los fundamentos socio-antropológicos del derecho penal también incluyen el concepto de desigualdad social. En muchas sociedades, es más probable que ciertos grupos sean objeto del sistema de justicia penal que otros. Esto puede deberse a factores como la raza, el origen étnico, el género y el nivel socioeconómico. El sistema de justicia penal puede perpetuar la desigualdad social al atacar a estos grupos e imponerles castigos más severos. Antes existía la máxima en sistemas de justicia latinoamericanos de “dime cuanto tienes y te diré cuanto vales”, y los delitos llamados “White collar” ¿Cómo los juzga y trata el sistema judicial internacional?

La percepción que se irriga en el imaginario colectivo desde la inequidad, la injusta distribución de la riqueza de una nación, la poca o nula alfabetización de sus habitantes se postula como ese compendio de razones que empujan a las personas para incumplir la norma. Sociólogos, psicólogos, economistas y juristas como estudiosos del hecho social y colectivo afirman que una política más justa y reivindicativa podría aminorar la perpetración o comisión de hechos punibles.

No debe entenderse el delito per se como un hecho aislado o ajeno a la estructura social conocida, llena de prejuicios, sesgos y estratificaciones que ubican a un grupo etario de personas por debajo del percentil de “aceptación social”, se juzga por el lugar de nacimiento, por la zona de procedencia, por la morfología y hasta por las apetencias sexuales, no podemos permitir como sociedad que se segregue a quien sale de lo socialmente aceptado.

Esa clasificación social nos introduce en otro concepto epistemológico que el derecho penal su aspecto coercitivo y de sanción social provoca, no es menos importante, es lo concerniente a la “cultura”, ese elemento sociológico e identitario de la población en sus respectivos territorios.

Se convierte la cultura en un nicho desde donde el sujeto desarrolla conductas que el derecho penal debe estudiar, entender, adaptar y convertir en el marco de sus competencias en factor regulatorio, un ejemplo de ello es el consumo de cannabis en determinados territorios, su raigambre, negritud e idiosincrasia hacen que se deba despenalizar el uso de esta planta a pesar de los efectos psicotrópicos que en el organismo ocasiona.

En este sentido vemos como el derecho se enrumba hacia donde los seres humanos dirigen sus necesidades, sea la época que sea, esto siempre genera el paso hacia la construcción de un sistema de valores íntimo a las zonas territoriales y su gente, luego nace el derecho.

Otro fundamento importante del derecho penal es el concepto de relativismo cultural. El relativismo cultural sostiene que las diferentes culturas tienen diferentes valores y normas, y que estos deben ser respetados. Esto puede tener implicaciones para el derecho penal, ya que ciertos comportamientos que se consideran desviados en una cultura pueden ser aceptables en otra. Por ejemplo, el porte, uso y tenencia de armas de fuego puede ser ilegal en una cultura, pero aceptado en otra. Miremos cuantas masacres se han generado en el 2023 en los EEUU, perpetrados por personas que tienen libre acceso o minina restricción para la compra de armas, o la anarquía que genera en nuestros barrios aquel sujeto que posee un arma y domina desde la intimación psicológica.

En conclusión, los fundamentos socioantropológicos del derecho penal son complejos y multifacéticos. Reflejan los valores y normas de la sociedad y están diseñados para regular el comportamiento y mantener el orden. Sin embargo, también pueden perpetuar la desigualdad social y es posible que no siempre sean efectivos para disuadir el crimen. Es importante que los formuladores de políticas y los profesionales de la justicia penal consideren estos fundamentos al desarrollar e implementar políticas y prácticas de justicia, encontrar ese equilibrio para mantener el status quo social es la máxima, anhelando la construcción de un estado equitativo y de derecho.

de Eleneo Leal Parra.

@lealeleneo

Deja un comentario